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La España vaciada: retos y oportunidades

Muy a pesar de los diferentes grupos afectados por esta realidad, como pueden ser las administraciones regionales y locales, agentes sociales y económicos, representantes de la sociedad civil y diferentes organizaciones de investigación vinculadas al medio rural (todos ellos actores de la Red Rural Nacional), el problema de la despoblación rural, no es nuevo. Podríamos fijar la fecha del declive del mundo rural a partir de 1959 cuando se aprobó el Plan de Estabilización. Dicho Plan impulsó un cambio en la demografía española, donde las grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao vieron como su población iba aumentando debido a la instalación de la industria en dichas zonas, fomentado así una mayor polarización de la localización de la industria y, por tanto, un progresivo desequilibrio entre las regiones . Por tanto, Madrid, Barcelona y Bilbao, representan zonas dinámicas y adaptables, mientras gran parte de Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Aragón y Castilla La Mancha son consideradas las representantes de la España despoblada.

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Con el paso de los años, el problema ha ido agudizándose hasta el punto de que actualment.e  parece ser que la única manera de alzar la voz de estos pueblos y hacerse notar en el panorama político español es conseguir entrar en el Congreso, tal y como lo hizo el partido político Teruel Existe en 2019, y dividir aún más dicho panorama en el que cada uno mira por sí mismo y va dejando de lado la cooperación entre ciudadanos con problemas comunes. 

Para poder conocer de una manera más concreta cuál es la situación real de la España Vaciada es necesario determinar cuáles son los retos a los que se enfrenta y cuáles son las oportunidades que nos ofrece. Para conocer los retos solo debemos responder a la siguiente pregunta: ¿qué le falta al mundo rural para que termine de ser más atractivo que la urbe? Un par de respuestas nos irán poniendo en contexto.

El primero de los retos al que se enfrenta la España Vaciada es el de contar con una buena infraestructura de telecomunicaciones. Como bien es sabido, la fibra óptica ha ido llegando a un amplio número de pueblos en los últimos tiempos. Sin embargo, en muchas ocasiones queda en entre dicho la calidad de conexión que la fibra óptica puede ofrecer. Esto es debido a que si se divide mucho el ancho de la banda para llegar a una región concreta, la velocidad que les llega a estos pueblos está muy mermada Existen otras opciones como WiMax, a través de antenas que emiten la señal a larga distancia, o Internet por Satélite que aseguran que la conexión es de buena calidad sin necesidad de una infraestructura terrestre. Ejemplo del buen funcionamiento de ésta última lo podemos ver en la localidad de Magaña (Soria), ganador de #enREDatupueblo como parte del proyecto Cónectate de HISPASAT. Gracias a la instalación de una antena de pequeñas dimensiones, cualquier persona puede tener acceso a Internet de banda ancha con total independencia de su ubicación geográfica.

El segundo de los retos es la falta de acceso a una sanidad de calidad como la que disfruta la población que vive en la ciudad. Por lo tanto, se podría estar hablando de desigualdad sanitaria pública en un mismo país. En primer lugar, por la falta de personal: faltan pediatras, trabajadores/as sociales, fisioterapeutas. Este problema de falta de personal se agrava en verano, cuando incrementa la población en los pueblos y/o cuando dichos sanitarios, están de vacaciones, el pueblo se queda sin servicio. A esta falta de personal también se le une la falta de equipamiento y la realidad de una infraestructura inadecuada y obsoleta que hace que la Atención Primaria no pueda llevar a cabo su función. Una función que en estos tiempos de pandemia ha quedado demostrado que es primordial y muy, muy esencial. 

Existe otro factor que ensancha la lista de los retos sanitarios que sufre la España Vaciada. Este es el de acudir a un hospital de otra Comunidad Autónoma (CCAA) si te encuentras en un municipio limítrofe y el hospital de provincia más cercano se encuentra, como poco, a 70 km. El cambio de CCAA para ser atendido hospitalariamente muchas veces trae consigo problemas del tipo qué ambulancia debe ir a recoger al paciente (mientras el reloj va corriendo), si la de su CCAA o la de la CCAA en la que va a ser atendido; así como largas listas de espera para ser atendidos y un sinfín de trabas burocráticas, para finalmente ver como la CCAA a la que pertenece el paciente va a sufragar el gasto con sus presupuestos autonómicos y poder cuadrar así las cuentas. Este problema, de la compensación, ya se puso de relieve en 2012 en el marco del Capítulo III del Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sosteniblidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones.

A pesar de que existen más de estos dos retos, se podría considerar que el resto de problemas al que se enfrenta la España Vaciada derivan de los que acaban de ser expuestos. Los derivados pueden ser pérdida de población joven (lo que a su vez lleva a la pérdida de población en general y por ende a la pérdida de representatividad de escaños, tal y como indica el artículo 68.2 de la Constitución Española) o la pérdida de oportunidades de empleo y emprendimiento.

Si bien es cierto que todas estas barreras a la que se enfrenta el mundo rural van a requerir mucho trabajo en común por parte de todos los actores sociales, no todo es de color negro. Si hay un momento exacto y con un gran abanico de oportunidades para el mundo rural, es ahora. Esto es así porque la Agenda 2030 abre la puerta a una mayor cohesión territorial entre regiones y entre el mundo urbano y el rural. Para España, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) suponen la posibilidad de apostar por un mundo rural vivo y sostenible, donde los servicios públicos de calidad, el acceso a la tecnología limpia y el empleo digno formen parte de sociedades cohesionadas e igualitarias.

Los ODS son un conjunto de objetivos que deben ser aplicados a nivel nacional como a nivel local. Sin embargo, existe una narrativa que defiende que los 17 ODS guardan relación con cuestiones que son difícilmente soluciones en las áreas urbanas congestionadas donde vive la mayoría de la población. Por tanto, parecería una muy buena oportunidad encontrar el equilibrio económico, social y medioambiental que persiguen los ODS en las regiones con una densidad poblacional menos elevada que la que existe en las urbe. Las soluciones que podrían aportar el medio rural son amplias (cada una de ellas asociada con un ODS diferente). Algunas de ellas son: sistemas agrícolas sostenibles, energías renovables, economía circular, alimentos saludables y locales, derecho de las personas migrantes temporeras, turismo sostenible, fomento del teletrabajo, investigación en técnicas agrícolas sostenibles, infraestructuras verdes, inclusión social de las personas vulnerables, envejecimiento activo, producción agrícola sostenible, cultivo ecológico, producción local, gestión forestal sostenible, prevención de incendios, participación de la sociedad civil, etc.

Entre otras grandes oportunidades que se le presentan al mundo rural para poder dejar atrás el problema de la despoblación es la situación actual de la Covid-19. Sin lugar a dudas, la pandemia que estamos viviendo actualmente ha puesto en entre dicho nuestro modo de vida: cómo vivimos, cómo nos relacionamos, cómo nos entretenemos, cómo nos desplazamos, etc. Es por ello que, el mundo rural se ha presentado como una muy buena opción para sustituir nuestra vida cotidiana en la ciudad desde que todo esto empezó. Si el mundo rural sabe utilizar esta oportunidad, podría ofrecer sin ningún tipo de problema un modelo de vida mucho más sostenible que, a no tan largo plazo, se traduciría en una mejora de calidad de vida. Tal y como declaró Francisco Igea, vicepresidente de la Junta de Castilla y León en septiembre de 2020, ‘’nos enfrentamos a una crisis, a una caída de ingresos y también a una oportunidad que si aprovechamos bien supondrá que el mundo rural salga fortalecido. Y para ello, toca ordenar los servicios para que sean más efectivos’’. 

‘’Es necesario trabajar, por un lado, en asegurar la rentabilidad económica y las condiciones de trabajo y calidad de vida de los sectores clásicos vinculados con el medio rural, como son la agricultura, la industria alimentaria y el sector forestal. Y, de manera paralela, aprovechar los nuevos nichos de empleo y oportunidades de negocio que van apareciendo gracias a los desarrollos tecnológicos y a la evolución de nuestra economía, como el teletrabajo, el coworking, el empleo verde o las plataformas colaborativas’’. Todas estas propuestas (…) deberían traducirse en retos transversales que fueran apoyados por proyectos finalistas con asignación presupuestaria y que poco a poco se fueran implementando en el territorio. Por ello, sin ninguna duda, la pandemia ha puesto en evidencia lo que se lleva demandando desde hace años por parte del mundo rural y de los expertos del mismo: que el mundo rural, bien atendido y dotado de todo, puede ser una nueva oportunidad que cree un modelo de vida mucho más sostenible, cooperativista y enriquecedor en todos los niveles

Por último, pero no menos importante, el mundo rural cuenta con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER), de los que España puede beneficiarse de 25.377 millones de euros para el periodo 2021-2027. Es más, por falta de no saber gestionar la ejecución de fondos europeos y estar a la cola de Europa, estos próximos años España cuenta con más presupuesto, ya que de los 12.244 millones de euros asignados a España para 2014-2020 (solo de FEDER), solo se ha gastado un 51% de ellos. Por lo tanto, y debido a esta mala gestión (la cual no hay que dejar de castigarla), España cuenta, probablemente, con más dinero de lo que nunca ha tenido y tendrá para poder usarlo en la lucha contra la despoblación. ‘’Gracias a los FEDER se podrán financiar proyectos que mejoren la conectividad digital y el acceso de banda ancha, el transporte y las infraestructuras básicas, que inviertan en educación y servicios sociales y en actuaciones para transformar y modernizar la economía rural. En definitiva, proyectos que fomenten el emprendimiento, mejoren las condiciones sociales y retengan el talento joven en la España vaciada’’.

Además, ya no es solo contar con el financiamiento de los diferentes fondos europeos (y, en algunos casos también nacionales y autonómicos), sino que la base, la estructura y la logística de cómo actuar, la tenemos. Esto es a través del programa LEADER, cuya magia reside en ceder la iniciativa de la planificación a las comunidades locales de cada territorio rural que, organizados en Grupos de Acción Local (GAL), elaboran y ejecutan una estrategia de desarrollo para dicho territorio aprovechando sus recursos. LEADER permite darle al proyecto un enfoque ascendente, desde la base de la pirámide, desde los ciudadanos, los vecinos del pueblo; es decir, los actores locales, permitiéndoles ser partícipes en el diseño y la puesta en marcha de estrategias, la toma de decisiones y las asignaciones de recursos para el desarrollo de sus zonas rurales.

En conclusión, el escenario que se le presenta al mundo rural es bastante positivo y todos los elementos apuntan a su favor. Eso sí, no solo depende del mundo rural aprovechar esta oportunidad de oro que se nos pone sobre la mesa, sino también de los diferentes actores sociales, económicos y políticos (a todos los niveles) que, sin dejar de quitar protagonismo a los principales actores del mundo rural (los vecinos y ciudadanos de los diferentes municipios españoles que sufren la despoblación), deben apoyar todas las iniciativas que se les presenten. Asimismo, deberán fomentar y enfocar aquellas opciones que sean más favorables para la España Vaciada. Esto es, por ejemplo, ayudarles a encontrar la mejor infraestructura de telecomunicaciones que se adapte a sus circunstancias y características, así como ayudarles a reducir trabas burocráticas entre las distintas CCAA, y animarles a seguir cumpliendo los ODS. En definitiva, la España Vaciada presenta una oportunidad para el crecimiento español en todos los sentidos. 

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