La industria del aguacate, un negocio millonario para Estados Unidos
Vale, a veces me emociono un poco escogiendo los títulos para mis publicaciones.
Pero tengo que reconocer que el futuro de la industria del aguacate en EEUU es digno de un análisis profundo.
Probablemente todo sea el fruto de muchas casualidades y consecuencias colaterales, pero, solo por pura diversión y por mantener vivo el interés, finjamos por un momento que todo ha sido una gran artimaña.
Entonces, ¿estaremos ante el mayor complot de la industria agroalimentaria de Estados Unidos?
Uyy qué divertido jijiji… empecemos.
Todo complot tiene tres elementos básicos:
- Un fenómeno tapadera: la popularización de los aguacates entre la población millennial a principios del nuevo siglo.
- Un culpable conspirador: el gobierno de Estados Unidos (vaya novedad).
- Una causa secreta: adueñarse de una industria del aguacate, donde, actualmente, México se posiciona como líder indiscutible.
Ahora podemos analizarlos uno a uno:
Un fenómeno tapadera: la popularización del aguacate
¿Cómo llegaron los aguacates a cada cafetería en la que entramos?
Si pensáis en vuestros años mozos, ¿acaso recordáis al aguacate como una parte de vuestra dieta?
Porque yo no. Y, sin embargo, ahora no hay restaurante donde no te ofrezcan algo que lleve aguacate.
Sin darnos cuenta, este fruto tropical se transformó en uno de los ingredientes más representativos de la generación millennial.
Veamos cómo.
Año 1992: los representantes de Estados Unidos, Canadá y México firman el tratado conocido como NAFTA (North American Free Trade Agreement) que reduce las tarifas del comercio de bienes producidos en el territorio común de los tres países.
Fue cuestión de tiempo que las consecuencias del tratado se hicieran evidentes.
Al promover la exportación de bienes entre estas potencias, cada país empezó a ganar terreno en las industrias en las que sobresalía.
La idea fue todo un éxito a efectos generales.
El comercio ha aumentado un 258.5% entre 1993 y 2019, y la inversión extranjera se ha triplicado en todo el territorio.
Aquí es donde podemos explicar lo que pasó con los aguacates.
Hasta los noventa, no era un producto de especial importancia para los occidentales.
Únicamente se producía en algunas áreas de California (solo un 1% del territorio es climáticamente apto para esta producción), y solo cuando era temporada.
Con la implementación de las políticas de NAFTA, México empieza a exportar sus aguacates a USA a precios asequibles, permitiendo un flujo continuo hacia el norte del continente que no ha hecho más que aumentar desde que ocurrió.
De hecho, el consumo de aguacates en Estados Unidos pasó de 360,1 millones de libras en 1995 a 2.646,6 en 2019.
Podemos afirmar que, gracias a NAFTA, se generaron las condiciones idóneas para que el consumo anual de aguacates en Estados Unidos se multiplicase por 7 en 25 años.
Sí, los aguacates triunfaron en Estados Unidos.
Y, gracias a la industria propagandística de Hollywood, aquello que es tendencia en Estados Unidos, lo es también en toda la sociedad occidental.
Y, de repente: aguacates para todos. Boom.
Vale, el gobierno de Estados Unidos firmó un tratado con sus socios comerciales. ¿Pero cómo lo convierte esto en el culpable de ningún complot?
Pasemos a verlo:
En una cuestión de un par de años bajo las nuevas condiciones comerciales norteamericanas, y debido al poder de la gran industria propagandística de Hollywood, los hábitos de consumo de toda la civilización occidental cambiaron en lo que respecta al aguacate.
En un artículo previo ya pusimos el ejemplo de la leche para explicar lo complejos que son los comportamientos de los consumidores, de lo extremadamente complicado que puede ser modificarlos, y de todos los factores culturales que pueden estar involucrados en su desarrollo.
Volvamos a NAFTA
Mientras que unas industrias se hacían fuertes, otras se debilitaban.
Podemos ver el ejemplo en el sector de las manufacturas.
La calidad americana y la mejicana son muy similares.
Sin embargo, la mano de obra mejicana es mucho más barata.
Esto provocó que las grandes empresas del sector se movieran al sur para aprovechar las oportunidades de ahorro en mano de obra a cambio de resultados similares.
Al fin y al cabo, las tarifas comerciales para pasar los productos al otro lado de la frontera ya no eran ningún problema.
Si bien, como ya se ha dicho, los resultados fueron positivos a efectos generales, también muchos trabajadores americanos en ciertas industrias perdieron sus trabajos.
Y, evidentemente, las fuerzas políticas de ambos lados del espectro político americano han criticado duramente estos efectos negativos.
Esto ha provocado que a lo largo de los últimos años, el gobierno de Trump haya desarrollado una nueva iniciativa que permitirá a los americanos mantener los beneficios logrados tras la implementación de NAFTA, pero recuperar el control de las industrias que emigraron tras su implementación.
Los principales cambios, según fuentes oficiales de la Casa Blanca son:
- Implementación de salarios estandarizados y fomento de la denominación de origen americana.
- Beneficio del sector de la agricultura americana.
- Protección de la propiedad intelectual.
- Nuevas legislaciones en el comercio digital.
Ah, y probablemente el tratado pase a llamarse “USMCA” (United States Mexico Canada), por si no era obvio.
Si bien, analizar cada uno de estos puntos en detalle es material para otros artículos, el foco de éste es ver cómo estos cambios van a afectar a la industria del aguacate.
También debemos aclarar que, aunque el partido republicano está trabajando en aplicar estas medidas, todavía deben ser aprobadas.
Por lo que, aunque probable, no es seguro al 100%. Y esto es muy interesante, ya que hasta que algo oficial ocurra, los especuladores de la industria agro cultural americana y mexicana van a pasar más de una mala noche.
Pero lo más interesante está por venir.
Es aquí donde entra en juego el tercer elemento: una causa secreta
Pongámonos en la situación de que esto ocurre: USMCA se aplica y vuelven las tarifas a los productos mexicanos y el proteccionismo a la agricultura americana.
Los aguacates, producto sin el cual los millennials americanos no saben vivir, se encarecen.
Pero ya es tarde. Los hábitos de consumo americanos han cambiado y la población ya no puede vivir sin aguacates.
Tenemos una población de millones de millennials yendo a brunches, tostada en mano, provocando una creciente demanda de un producto que se va a encarecer irremediablemente.
¿Podrán las empresas mexicanas satisfacerla bajo las mismas condiciones? Parece un escenario poco probable.
Entonces, ¿Qué ocurriría?
Pues, ¿Recordáis california y el 1% de su territorio apto para el cultivo de aguacate?
Es muy curioso el hecho de que grandes iniciativas privadas están trabajando para modificar genéticamente la planta del aguacate con el objetivo de hacerla más resistente al calor.
Lo que daría un nuevo producto capaz de crecer en las condiciones climáticas del territorio de la costa oeste.
Lo que significaría que la gran demanda de aguacates en Estados Unidos podría satisfacerse desde una producción nacional.
Buah, todo va cobrando sentido de pronto.
Es decir, no creo que esto se haya planeado desde el principio. Pero no podemos negar que es un fenómeno muy interesante. Porque, ¿y si fuera el caso?
Pensémoslo. El plan es muy perfecto:
Eres el gobierno de Estados Unidos, firmas NAFTA y permites que México popularice su producto estrella.
En dos décadas permites que la demanda crezca y le das un valor multibillonario al resultado de la industria.
Y de repente, ¡pam! Cortas la distribución manteniendo la demanda, a la vez que inviertes en favorecer tu producción nacional y, oh oh, ¡sorpresa! Aguacates que pueden crecer en tu territorio para cubrir toda esa demanda que necesita un nuevo proveedor a precios asequibles.
Y ¡Enhorabuena! Sin apenas esfuerzo has movido una industria billonaria desde México a Estados Unidos.
Ni siquiera Palpatine se lo montó tan bien en las Guerras Clon.
¿Qué pensáis vosotros de todo esto? ¿Creéis que es un escenario realista? ¿Qué otras industrias creéis que se verán afectadas?
Tras graduarme con honores en Comunicación Corporativa, y después de unos meses sabáticos de gira con mi banda, me mudé a Escocia para realizar un máster en International Management and Leadership. Casi un año después de eso, y estudiar y trabajar en 3 países, mi colega Mar, compañera aventuras del Grado, me escribe para apuntarme a este proyecto. ¿Cómo negarme?
¡Voy a hablarte sobre exportaciones, importaciones y relaciones comerciales!