Latinoamérica, antes del estallido de la crisis desatada por la pandemia del Coronavirus ya venía sufriendo conflictos y problemas de diferente naturaleza. La desigualdad, la pobreza y las crisis políticas se profundizaron mucho más aún con el virus. El enfrentamiento entre los Estados Unidos y China impacta en Latinoamérica, coyuntura que se ve claramente reflejada en la elección a presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El BID es un organismo financiero regional creado en 1959 que tiene como función principal conceder créditos a los Estados de América Latina para promover y fomentar el desarrollo económico, social, productivo y educativo de dichos país.
Este año, la presidencia del banco debe renovarse y las candidaturas que han propuesto algunos Estados generaron conflictos y diversas pujas de intereses que podrían poner en peligro la prosperidad latinoamericana.
Ver: Exmandatarios de Iberoamérica dicen que las elecciones del BID serán ilegítimas (EFE, 2020)
El BID desde su origen ha sido presidido históricamente por un latinoamericano. Esta cuestión histórica se ha dado por consensos y acuerdos entre los países miembros y financistas del banco, generando una verdadera tradición, que ha sido respetada a lo largo de la existencia del organismo. Es una tradición no escrita, que con el paso del tiempo se ha vuelto un costumbrismo típico de la estructura de la banca en cuestión.
Los Estados Unidos de América han propuesto la candidatura de Mauricio Claver-Carone para ocupar el cargo de presidente del banco. Se trata de un funcionario del gobierno de Donald Trump de procedencia cubanoamericana caracterizado por sostener una posición muy crítica sobre los regímenes de Cuba y Venezuela. Actualmente Claver-Carone es asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental del gobierno estadounidense.
Esto provocó un gran revuelo e impacto en la región ante la amenaza de perder y terminar con esta costumbre que viene desde la creación del ente financiero regional hace años. Donald Trump con esta propuesta busca frenar y contrarrestar el papel que hoy la República Popular China tiene en la región latinoamericana en la asistencia a los Estados a causa de las consecuencias y problemas que trajo aparejado el Covid 19. La candidatura norteamericana tiene objetivos geopolíticos implícitos que resonarían en la construcción del orden global.
Ante dicha situación, los gobiernos de México y Argentina con apoyo de la Unión Europea intentan postergar las elecciones que se desarrollarían de manera remota el 12 y 13 de septiembre del presente año por las condiciones sanitarias y epidemiológicas que vive el continente americano y todo el mundo. Más tarde Costa Rica apoyó esta propuesta.
La estrategia realizada por los países latinoamericanos intenta especular con las elecciones presidenciales en los Estados Unidos que se sustanciarían en noviembre de este año, donde Donald Trump corre por detrás en las encuestas del candidato demócrata Joe Biden. La eventual victoria del ex vicepresidente estadounidense en las urnas cambiaría las cosas a la hora de una votación para elegir al máximo representante de la banca regional.
La actuación de los gobiernos mexicano y argentino fueron catalogadas por el candidato norteamericano como un “intento de secuestro” del ente crediticio. La confianza de Washington de ganar la votación es alta, a pesar de las estrategias de los gobiernos latinoamericanos opositores a la propuesta norteamericana. La estrategia argentina es bastante arriesgada porque el país sudamericano está negociando su deuda externa con el Fondo Monetario Internacional, organismo crediticio donde los Estados Unidos tienen un gran peso. La obstaculización argentina al candidato cubanoamericano en las elecciones del BID puede poner en peligro las relaciones con el país del norte y esto generar retrocesos en miras a terminar con uno de los principales problemas por los cuales atraviesa el gobierno del presidente argentino Alberto Fernandez.
La Republica Argentina se ha caracterizado por tener a lo largo de la historia una confrontación constante con los norteamericanos, donde en algunos gobiernos las tensiones fueron más profundas que en otros. La oposición a Washington es parte de la historia de la política exterior argentina. Ocho ex ministros de relaciones exteriores argentinos expresaron en un comunicado que la presidencia del Banco Interamericano debía quedar en manos de Latinoamérica. Los ex funcionarios de distintos gobiernos argentinos sostienen que es muy importante mantener el consenso histórico que existe sobre la presidencia del banco y que en estos tiempos de crisis es muy importante la “solidaridad continental”.
Chile sorprendentemente expresó su rechazo a la candidatura de Estados Unidos. El gobierno chileno pareciera querer empezar a tejer una agenda más “progresista” y pro-Latinoamérica, cambiando los posicionamientos políticos para con la región y su mismo pueblo. Incluso seis ex ministros de relaciones exteriores chilenos repudiaron los dichos de Claver-Carone y apoyaron la postergación de las elecciones que propuso México y Argentina.
El BID es trascendente para Latinoamérica. Esta entidad regional y financiera concede créditos mucho más beneficiosos en cuanto a sus pautas de financiamiento a los países sudamericanos y caribeños que son claves para el progreso de estas naciones y la mejora de la calidad de vida de sus poblaciones. Las condiciones financieras que otorga son mucho más accesibles que los préstamos que pueden otorgar otras instituciones crediticias interestatales como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Los problemas y el subdesarrollo subsistente en gran parte de América y el Caribe hacen que los canales de crédito y financiamiento de los Estados sea esencial para impulsar el crecimiento de la región.
Considero que mantener la presidencia del BID bajo el mando de un latinoamericano es fundamental para los países del continente a la hora de conservar su soberanía. Para lograr este cometido en América debemos construir y crear lazos cada vez más fuertes, una verdadera unión latinoamericana. Los latinos no debemos dejarnos atropellar por las consecuencias y las pujas de intereses que generan las tensiones entre Washington y Pekín, no debemos quedar en medio de esta “guerra comercial”. La primera iniciativa tiene que ser construir una postura dura y conjunta frente a la situación del BID, evitar la ruptura de una tradición que viene de larga data.
Una posición sólida y latinoamericanista, con el apoyo de otros actores internacionales como la Unión Europea, es indispensable para la prosperidad de los pueblos americanos y su independencia económica.
Abogacía por la Universidad Nacional de Río Cuarto (Argentina). He sido colaborador de cátedra en la asignatura Historia Política Argentina en mi Universidad. Me interesa la política internacional y todas las cuestiones relacionadas con los refugiados y la protección de sus derechos.