Guía de protocolo para organizar un evento internacional
Negociación internacional
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Informe ejecutivo
El protocolo despliega su mayor operatividad en el curso de un evento, donde los tratamientos honoríficos, la simbología y las precedencias acrisolan el mismo. El protocolo se define como el conjunto de reglas de formalidad que rigen los actos y ceremonias, ya sean estas de origen legal, consuetudinario o simplemente ético.
El protocolo empresarial describe las pautas de conducta que aplican en el ámbito de los negocios para evitar conflictos o crisis de reputación. Igualmente, permite organizar el entramado empresarial para alcanzar los objetivos globales de comunicación fijados. De ahí que los targets fundamentales de esta rama del protocolo sean seis: imagen, proyección, comunicación, procedimiento, rentabilidad y prestigio.
El protocolo empresarial también tiene su propio impacto en un proceso negociador. Fundamentalmente, se observa en dos aspectos: uso de bandera privada en eventos y presidencia en eventos.
Por ejemplo, la bandera de una empresa puede lucir en la entrada de la sede, en los despachos de los directivos, en el vestíbulo, en la sala de juntas o en otras dependencias comunes de la entidad. Y debe estar siempre separada de las banderas oficiales. Por lo general, se sitúan a la izquierda de la puerta de entrada según se entra
Por su parte, el emplazamiento de los interlocutores, y de sus respectivos equipos, es muy relevante a efectos de protocolo. Un primer aspecto a destacar es la presidencia, que puede ser de distinto tipo: de alternancia, lineal o mixta.
Graduado en Derecho y Administración Pública y Gestión por la Universidad de Sevilla, encontré mi vocación por las Relaciones Internacionales hace algunos años, lo que me llevó a cursar un posgrado en Diplomacia en el Centro de Estudios Internacionales de Barcelona. Me gusta la política internacional, los idiomas y, sobre todo, escribir; he publicado en varias ocasiones sobre temas jurídicos, pero ahora busco hacerlo en este campo, subrayando la función filosófica (e incluso moralizante) de la disciplina. Prometo que será leve, ¿me sigues?