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Diversificación de la economía de Emiratos Árabes Unidos: ¿una apuesta segura?

No es novedad que los países del golfo Pérsico toman el sector petrolero como una de las principales fuentes de ingresos de sus economías. Los shocks de 1973 y 1979 trajeron pésimas consecuencias para los países no petroleros en vías de desarrollo e incluso también para los ya desarrollados. Sin embargo, los exportadores de este combustible fósil experimentaron un gran superávit en sus balanzas por cuenta corriente.

El negocio del petróleo ha reportado riqueza, influencia y atención a gran parte de los Estados de la península arábiga. Catar, Emiratos Árabes Unidos (EAU) o Arabia Saudí gozan de gran relevancia en la región por sus voluminosas reservas petrolíferas y la efectiva explotación de las mismas. No obstante, debemos aumentar el zoom de nuestra lente y preguntarnos: “¿todos los países de la península arábiga han gestionado igual este sector y la riqueza que proporciona?”. La respuesta es contundente: No.

El petróleo es un combustible fósil que, por muy abundante que pueda ser en cada Estado, se agota. Tal escasez ha llevado a las monarquías del golfo a buscar planes alternativos de diversificación de sus economías. Por ello, hoy prácticamente todos los Estados de esta región están lanzando planes económicos alternativos en búsqueda de nuevos sectores que les permitan reducir la dependencia del sector petrolero.

EAU podría tomarse como buena referencia de “saber hacer” al respecto. Este país está compuesto por siete emiratos: Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fujaira, Ras el Jaima, Sarja y Um el Kaiwain. Cada uno es gobernado por un emir y el emir de Abu Dabi es además quien actúa como presidente del país. El Estado goza de las quintas mayores reservas de petróleo del planeta descubiertas a fecha de hoy y el sector de los hidrocarburos supone el 30% de su PIB. Es el cuarto país exportador de petróleo crudo, lo que supone el 20% del superávit en su balanza por cuenta corriente. A pesar de ser una actividad tan importante, no goza de la misma relevancia en todo el territorio nacional, pues solo Dubái y Abu Dabi concentran las grandes reservas petrolíferas.

En algunos países, como China, se establecen importantes restricciones a la inversión extranjera en ciertos sectores. El gobierno chino decide en cuales pueden invertir las empresas extranjeras y en cuales no, siendo bastante celosos de aquellas actividades económicas que sustentan el progreso del país. Aplicando la Unholy Trinity de Robert Mundell, EAU permite la libertad de movimientos de capital, simplemente con ciertos controles sobre la inversión directa, en concreto sobre transacciones de real state y para instituciones de crédito e inversión. Esta característica y un régimen de tipo de cambio conventional Peg lo sitúan alejado de una política monetaria autónoma. Tomando como óptica la Unholy Trinity de Rodri, EAU se halla en una camisa de fuerza dorada, pues se mueve en un marco de globalización y Estado-Nación.

Por lo anteriormente expuesto, este país se encuentra en una situación favorable para hacer su transición económica hacia otros sectores: la libertad de movimientos de capital facilita la inversión extranjera en el país y además participan en su devenir actores internacionales capaces de forjar ese cambio hacia nuevos objetivos. Por ejemplo, cuando el vicepresidente del Estado, H.H. Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum presentó el plan EAU Vision 2021 para diversificar los sectores que daban superávit en su balanza de pagos, esto sirvió como un incentivo para que varias cadenas hoteleras abriesen nuevos establecimientos en el país. Este aperturismo ha convertido a Dubái en una de las cumbres del turismo en Asia.

Considero que la transición hacia esa nueva diversificación se está haciendo de manera correcta, pero ¿fue iniciada en el momento adecuado? ¿EAU debería haberse planteado ya antes de 2010 el cambio de rumbo de su economía? Es cierto que el plan se presentó en ese año pero anteriormente la Administración Pública había estado preparando esta gigantesca traslación sectorial. En comparación con Arabia Saudí, la diversificación de EAU no ha llegado tarde. Para el primero, en 2019 el petróleo supuso el 80% de las exportaciones del país, casi el 70% de los ingresos del Estado y más de 40% del PIB.

Es decir, a pesar de que la economía saudí debe su superávit al sector petrolero más que EAU al suyo, Arabia Saudí tardó más en presentar su propio plan de diversificación. Y haciendo referencia al presente, sus intentos de diversificación parecen no ir bien encaminados por falta de inversores, quienes consideran que las instituciones saudíes obedecen al arbitrio de su monarca y no a la seguridad jurídica que encuentran en otros países del entorno como EAU. En términos monetarios el dirham emiratí está pegado al dólar estadounidense y esto reporta confianza a sus stakeholders. De hecho, prácticamente todos los países exportadores de petróleo del golfo Pérsico han optado por este tipo de cambio, como ha sido también el caso de Omán y Qatar. Todo ello, sin embargo, no supone una dolarización de su economía.

Retomando la situación de camisa de fuerza dorada, este concepto nos ayuda a entender el futuro de la diversificación económica del país. Para esa traslación de sectores EAU requiere contar con férreas consultas previas a los agentes empresariales y de inversión del extranjero y también a los mercados, pues son estos quienes desde fuera influyen en cómo deben de ser las decisiones del gobierno emiratí para alcanzar el bienestar económico y social de sus ciudadanos. No es ninguna novedad que la diversificación de EAU necesitaría establecer contactos constantes con el sector privado, pero para alcanzar esos nuevos campos económicos necesitarán que nuevas empresas extranjeras compongan un nuevo sector turístico y tecnológico.

Sin embargo, EAU tiene dependencia del extranjero más allá de las inversiones directas. El sector petrolífero y cualquier otro que requiera conocimientos técnicos cualificados necesita igualmente trabajadores aptos para esas labores técnicas. Este capital humano no proviene de la sociedad emiratí, sino generalmente del extranjero. El gobierno de los emiratos otorga importantes privilegios y ayudas económicas a los ciudadanos con la nacionalidad del país (esta solo se adquiere por descendencia, nunca por vía matrimonial) lo que ha cercenado la cultura emprendedora en todo el Estado. EAU tiene una población de 9.630.959 personas, de las que un 89,16% de ellas son extranjeras, lo que lo convierte en el país con mayor número de inmigrantes del planeta, incluso por encima de Luxemburgo.

En conclusión, de cada diez ciudadanos casi nueve son inmigrantes. Esto muestra claramente la dependencia del país del capital humano extranjero, no solo en términos de cantidad sino también de know how y formación. Habitualmente los jóvenes emiratíes cursan estudios superiores como filología árabe u otras de tipo religioso, que, de alguna manera, no corresponden con la clase de requerimientos de la economía de mercado en su país.

El caso de EAU probablemente sea uno de los que demuestra claramente el vínculo del “capitalismo ́ ́ con el “innovacionismo ́ ́. Pues solo a través del desarrollo de la ventaja comparativa, la mejora y la búsqueda constantes de alternativas y campos de diversificación EAU ha pasado de ser un paraje desértico a un hub económico en esa zona del globo en apenas treinta años.

Así, EAU Vision 2021 es un plan con una vocación directa en el extranjero y en los agentes económicos que pueden girar el timón de la economía del Estado hacia nuevos parajes interesantes. Desde esta plataforma se muestra que del 2017 al 2018 todos los sectores económicos del país, a excepción del petrolífero, han crecido en un 2,50% y del 2018 al 2019 un 1%. En 2019 el 0,94% de su PBI fue invertido en I+D+I.

EAU Vision 2021 no es solo un documento que estudia vías alternativas para el país, sino una verdadera hoja de ruta para dotar al país de un cambio muy amplio en todos los aspectos. El Estado quiere presentarse ante sus stakeholders internacionales como un territorio en dónde la inversión extranjera puede multiplicar sus beneficios, pero conservando las tradiciones e idiosincrasia que le son propias. Para sus ciudadanos y habitantes, el gobierno quiere que este plan sea una oportunidad para estar aún más en contacto con el exterior y desea hacerles entender que el fin último de esta estrategia es garantizar su bienestar y solvencia además de la supervivencia de EAU como Estado.

EAU Vision 2021 tiene como objetivo definitivo la diversificación de la economía emiratí, pero también establece otros objetivos medios: transferencia del know how hacia las instituciones y personas nacionales, fomento del emprendimiento, aumento el valor y la cantidad de inversión extranjera directa, aumento del número de nacionales emiratíes empleados en el sector privado y aumentar el nivel de innovación. Todo ello actúa como pequeños impulsos que unidos pretenden dar un giro único a la economía del Estado.

Personalmente siempre me ha llamado la atención como los países con territorios más pequeños o posicionados en enclaves complejos han utilizado la atracción de inversión extranjera y una baja presión fiscal para sobrevivir. Si reparamos en ello, es una práctica que se repite prácticamente en todos los continentes: un Estado muy pequeño, o con una orografía compleja, que carece de un sector económico fuerte que le de sustento y que trata de encontrar la fuente de riqueza en el componente internacional o extranjero. Los ejemplos son varios: Andorra, Singapur, Luxemburgo, Liechtenstein, Gibraltar, Hong Kong o Panamá. ¿Es EAU también un país que necesita de la inversión extranjera para prosperar por la falta de recursos propios? En gran parte esta afirmación es cierta. El sector petrolífero le ha otorgado cierta independencia y preminencia respecto a la comunidad internacional, pero no debemos olvidar que importantes sujetos y corporaciones empresariales participan en los procesos de extracción, conversión y exportación del petróleo, por lo que de algún modo el país tiene un gran objeto de atracción, pero necesita de otros para poder aprovecharlo.

Por tanto, basándome en la teoría de la ventaja comparativa podría considerarse que EAU debe potenciar sus capacidades como eje financiero, empresarial y turístico de la región, porque estas son sus principales vías para huir de la finitud de sus recursos fósiles. Reconocer los sectores económicos débiles en cierto Estado no debería ser objeto de rechazo por el mismo. Al contrario: este reconocimiento nos permite observar su realidad económica de manera más lucida y crítica para tomar posteriormente mejores decisiones ejecutivas.

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