El movimiento político y armado chií, conocido como «hutíes», está atacando las embarcaciones con destino Israel, o que mantengan alguna relación con el país, en el Mar Rojo. Esto es lo que está ocurriendo en el Mar Rojo con los ataques hutíes.
Desde el 3 de diciembre, Estados Unidos ha denunciado varios ataques a sus embarcaciones, incluido a su destructor USS Carney. Que, a su vez, asistió a buques comerciales que habían sido blanco de ataque desde Yemen.
También atacaron al Unity Explorer, con bandera de Bahamas -y que opera desde Reino Unido-, así como a un buque de transporte de grano con bandera panameña y propiedad de Bermudas.
Todo ello con el objetivo de impedir que los buques israelíes naveguen por el Mar Rojo hasta que cese la agresión contra los «hermanos» de la Franja de Gaza. Siendo apoyados por Irán.
Quieren demostrar a la población local su posición propalestina, antiisraelí y antiestadounidense.
Ven el conflicto entre Israel y Palestina como una oportunidad para unificar a la opinión pública yemení en favor de la causa de liberación palestina a nivel interno. Buscan alejarse de los gobiernos árabes que han normalizado sus lazos con Israel, como Emiratos Árabes Unidos.
Así, los hutíes, presionan a otras comunidades de la región para que se alineen con la narrativa panislámica; por la que todos los pueblos musulmanes se unirían contra Israel.
Pero para entender la situación debemos ir más allá, y comprender el conflicto desde un punto de vista general para acercarnos a lo particular.
Qué son los hutíes
Los hutíes son un movimiento político y armado chií zaidí que surgió en los años 90 como reacción al creciente poder de Arabia Saudí en el resto de la península arábiga, así como al propio gobierno de Yemen.
Desde los 90 se enfrentan reiteradamente al gobierno del país; y, en 2011, con las revueltas árabes, se organizaron para dar comienzo a la Revolución Yemení. Para 2014 ya habían conseguido expulsar a los grupos salafistas del norte del país, avanzando hacia Saná. En este año, tomaron la capital, disolvieron el parlamento y establecieron un sistema de gobierno autónomo de facto.
Desde 2016 controlan el noroeste del país. Mientras que el gobierno sunní controla el sur, donde a su vez, organizaciones salafistas como Al Qaeda domina algunas zonas.
Así, la población del país se encuentra dividida en las dos principales corrientes del islam: el 47% es Chií (corriente dominada por Irán e Irak) y el 53% restante es considerada sunní (dominada por Arabia Saudí).
Por su magnitud, el conflicto ha ido escalando desde el plano local hasta el regional, y el internacional. Las potencias extranjeras se han ido posicionando en el conflicto. Por un lado, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos apoya al gobierno yemení y busca devolver el poder a Al Hadi. Para lo que ha llevado a cabo bombardeos e intervenciones terrestres.
Por otro, Irán apoya a los hutíes por su interés estratégico en la región como potencia chií.
Actualmente, Yemen está sumido en la mayor crisis humanitaria del mundo.
A finales de 2021 había 377.000 muertos. Y la coalición de Arabia Saudí bloquea los puertos yemeníes, lo que impide la entrada de la ayuda humanitaria. Actualmente, veinticuatro millones de personas, el 75% de la población yemení, necesitan ayuda humanitaria y protección.
Este año, en abril, comenzaron las negociaciones entre Arabia Saudí y los hutíes para finalizar el conflicto. Sin embargo, se paralizaron cuando en octubre los hutíes atacaron a Israel como represalia a su asedio sobre la Franja de Gaza.
El 3 de diciembre comenzaron los ataques en el Mar Rojo, ruta crucial para el comercio mundial. Con importantes consecuencias para el comercio internacional, y a nivel interno de cada país.
Veamos por qué.
Importancia del Mar Rojo como ruta comercial
El Mar Rojo es un cuerpo de agua salada ubicado entre África y la Península Arábiga. Limita hacia el norte con la Península del Sinaí, el Golfo de Aqaba y el Golfo de Suez. Los países que lo rodean son Egipto, Arabia Saudita, Sudán, Yemen, Eritrea, Israel, Yibuti y Cisjordania.
cuenta con dos importantes puntos estratégicos: el estrecho de Bab el-Mandeb, que limita con Yemen y Yibuti; y el Canal de Suez. Lo que lo configura como una importante zona geopolítica y una ruta comercial crucial para el comercio mundial.
Estrecho de Bab Al-Mandeb
En este punto se concentran algunos de los asuntos más importantes de Oriente Próximo y África Oriental: la guerra en Yemen, la inestabilidad en Sudán y Somalia, la disputa entre Irán y Arabia Saudí, y el tránsito marítimo de petróleo y gas procedentes del golfo pérsico. Además, en la misma zona, coinciden estadounidenses, chinos, europeos o japoneses, que buscan aumentar su influencia en un punto de gran interés estratégico.
Es la separación natural entre la costa africana en Yibuti, y la península arábiga en Yemen: el cuello de botella que da acceso al Mar Rojo desde el océano índico. El paso obligado hacia el Canal de Suez y el Mediterráneo, y por tanto, uno de los nudos de comunicación marítima más importantes del mundo al conectar los puertos europeos con Asia y el golfo pérsico.
Alrededor del 10% del petróleo mundial que se transporta por mar pasa por aquí. Por lo que, cualquier incidente en estas latitudes tiene consecuencias directas en los mercados internacionales.
Sin embargo, ya es considerado como una de las vías fluviales más inestables y peligrosas del mundo debido a las amenazas que dificultan el tránsito regular al mercado mundial, particularmente en el sector energético.
A nivel internacional «compiten» en la zona EEUU e Irán, EEUU y China para alcanzar la hegemonía en África, e Irán y Arabia Saudí. Esto se debe a que es un vehículo estratégico entre el Mediterráneo y el índico.
Canal de Suez
Enclave decisivo en el transporte marítimo.
4 millones de petróleo crudo y productos refinados transitan por el Canal de Suez. De cerrarse, los petroleros tendrían que desviarse alrededor del Cabo de buena Esperanza, cerca del extremo sur de África, lo que incrementaría unas 2.700 millas el tránsito de Arabia Saudí a EEUU, por ejemplo.
Por tanto, mientras que el petróleo siga siendo una fuente primaria de energía para el mundo, esta ruta marítima seguirá siendo un canal vital para su transporte.
Consecuencias económicas de los ataques hutíes en el Mar Rojo para el comercio mundial
Conociendo lo anterior, la conclusión sería que, para entender las posibles consecuencias económicas que esta situación puede traer, debemos partir de varias premisas fundamentales.
- La primera es la importancia del Mar Rojo para el tráfico mercantil internacional.
- La segunda es su importancia como zona estratégica para las principales potencias internacionales, como EEUU o China; así como para las regionales como Irán o Arabia Saudí.
- La tercera es el escalado de los conflictos que se están dirimiendo en la región.
- Y la cuarta es la importancia del petróleo y del tráfico marítimo internacional para el comercio internacional.
- Uniendo a todo ello que, por el mundo globalizado en el que vivimos, cualquier situación local puede volverse internacional y que nos acabe afectando a todos.
Todas estas premisas se traducen en que el Mar Rojo tiene dos puntos importantes para el comercio internacional.
Uno de ellos es el estrecho de Bab Al Mandeb; que es el paso natural entre el mar Rojo y el océano índico.
Y el otro es el Canal de Suez.
En el caso de Bab Al Mandeb se concentran algunos de los asuntos más importantes de Oriente Próximo y África Oriental, como son la Guerra en Yemen, la inestabilidad en Sudán y Somalia, la disputa entre Irán y Arabia Saudí, y el tránsito marítimo de petróleo y gas procedentes del golfo pérsico. Además de las disputas internacionales entre China, Europa, Japón y EEUU, que buscan aumentar su influencia en la zona debido a su interés estratégico.
Y para que nos hagamos una idea de su importancia, alrededor del 10% del petróleo mundial que se transporta por mar pasa por aquí, por Bab Al Mandeb. Por lo que, cualquier incidente que se origine en esta zona tiene consecuencias directas en los mercados internacionales.
Y, en el caso del Canal de Suez, es el punto que une el mar mediterráneo con el mar rojo, permitiendo el paso entre Europa, Oriente Próximo y Asia. Es por dónde pasa la mayoría de petróleo crudo y productos refinados del comercio internacional, unos 5 millones de barriles a diario, que se dirigen hacia Europa, EEUU y Asia. Por lo que, de cerrarse este canal por la situación que se está originando en la zona, los petroleros se deberían desviar alrededor del Cabo de Buena Esperanza; lo que incrementaría en unas 2.700 millas el tránsito de Arabia Saudí a EEUU, por ejemplo.
Por lo tanto, si los hutíes siguen atacando a las embarcaciones en esta zona, puede sufrir el comercio internacional.
Por lo que, la consecuencia directa de esto sería que subiera el precio del petróleo.
Lo que encarecería todos los productos que dependen de él, como la gasolina, el gas natural o la electricidad. Y, a su vez, aumentaría la inflación, aún más. Y, con ello, nuestra cesta de la compra. Es decir, los productos que compramos a diario; y la gasolina.
También tendríamos problemas con la cadena de suministro. Y por tanto, se podría originar una crisis desde el punto de vista de la demanda; por problemas de stock.
Y todo esto en épocas navideñas.
¿De qué depende que ocurra todo esto?
De que siga escalando el conflicto. Por un lado el conflicto palestino-israelí; y, por otro, la respuesta de EEUU y Arabia Saudí a los hutíes.
Al final, los hutíes, que son quiénes están perpetrando estos ataques, como movimiento político y armado chií está buscando demostrar a la población local su posición propalestina, antiisraelí y antiestadounidense. Ven en el conflicto palestino-israelí una oportunidad para unificar a la opinión pública yemení en favor de la causa de liberación palestina a nivel interno. Mientras que buscan alejarse de los gobiernos árabes que han normalizado sus lazos con Israel, como Emiratos Árabes Unidos.
Asimismo, están presionando a otras comunidades de la región para que se alineen con la narrativa panislámica; es decir, que se solidaricen los países islámicos con Palestina y actúen en común.
Por tanto, la amenaza de interrupción del transporte marítimo en el Mar Rojo y sus consecuencias en el comercio internacional seguirá siendo elevada mientras continúe la guerra entre Israel y Hamás. Y el conflicto en Yemen, que se ha vuelto de carácter internacional. Por tanto, sí que estamos ante una situación preocupante.
LL.M en Derecho de los negocios internacionales y abogacía por ISDE y graduada en Derecho y en Relaciones Internacionales por la Universidad Loyola. CEO y consultora de internacionalización de empresas en Relaciónateypunto.